top of page

Abastecimiento y problemas del agua en México

  • Foto del escritor: Mariana Mata
    Mariana Mata
  • 5 feb 2016
  • 7 Min. de lectura

A lo largo de las décadas el agua potable ha pasado de ser un recurso abundante a un recurso que progresivamente escasea. Como muchos países del mundo, México enfrenta problemas que obligan a modificar la administración del agua, a fin de satisfacer las demandas de abastecimiento que corresponde al creciente número de habitantes. Este fenómeno de escasez, abastecimiento y sostenibilidad se debe a un buen número de situaciones como la explotación por las industrias, la extracción desmedida que demandan las grandes ciudades, que a largo plazo han exacerbado el problema de contaminación de este líquido. Para muestra de las condiciones del agua de México presentamos los siguientes datos (Conapo, 2014), en donde México aparece en el número 91 (de 147) en la lista de países con mayor cantidad de agua renovable per cápita.

Este cuadro presenta el número de habitantes, el agua renovable y el agua renovable per cápita anual. Las cifras revelan que México, con 118,395 millones de habitantes (hasta 2014), posee 471 mil millones de m3, por lo que corresponden 3,982 m3 per cápita anualmente. Islandia, en cambio, se ubica en la primera posición con 330 mil habitantes, 170 mil millones de m3 y 515,152 m3 per cápita anual. En el último lugar se encuentra Sudáfrica con 52,776 millones de habitantes, tan solo 51 mil millones de m3 de agua renovable, por lo que corresponden 974 m3 per cápita anual.

Pero, ¿qué revelan estas cifras? Si bien evidencian que a población, mayor necesidad de agua renovable (y potable), también es indiscutible que el abastecimiento se relaciona con la ubicación geográfica. Si bien la disponibilidad anual del agua en el mundo es de 1,386 billones de hm3, 97.5% es agua salada, solo 2.5% (35 billones de hm3) es agua dulce. Este número parece salvarnos de cualquier necesidad, pero cabe mencionar que casi 70% es inaccesible para el hombre, debido a que se encuentra en glaciares, nieve y hielo.



Estado actual del sistema de abastecimiento de agua en México

La disposición actual de las diferentes Regiones Hidrológico-Administrativas (RHA) de México se debe a la historia de la política hídrica nacional, de la que se distinguen tres etapas:

  1. Principios del siglo XX, el enfoque estaba orientado a la oferta: se construyó un gran número de presas de almacenamiento, distritos de riego, acueducto y sistemas de abastecimiento de agua.

  2. En la década de 1980-1990 la política se enfocó en la demanda y descentralización. Se creó la Conagua y la responsabilidad de proveer agua potable, el servicio de alcantarillado y el saneamiento se transfirieron a los municipios. Asimismo, se creó el Registro Público de Derechos de Agua (Repda) como mecanismo para ordenar la explotación.

  3. El siglo XXI se ha enfocado en la sostenibilidad hídrica, se ha incrementado el tratamiento de aguas residuales y se ha impulsado la reutilización de agua.

Desde 1997, en la república mexicana existen 13 RHA. Estas son agrupaciones de cuencas, que se consideran las unidades básicas para la gestión de los recursos hídricos. Como parte de la infraestructura hídrica, México cuenta con 5,163 presas y bordos de almacenamiento, 6.4 millones de hectáreas con riego, 2.9 millones de hectáreas con temporal tecnificado, 742 plantas potabilizadoras en operación, 2,287 plantas de tratamiento de aguas residuales municipales, 2,617 plantas de tratamiento de aguas residuales industriales y 3,000 km de acueductos.




Anualmente México recibe 148,900 millones de m3 en forma de lluvia, nieve y granizo. De esto se evapora el 71.6%, y regresa a la atmósfera el 22.2% a través de ríos o arroyos, el último 6.2% se filtra al subsuelo. México comparte ocho cuencas con los países vecinos: tres con Estados Unidos (Bravo, Colorado y Tijuana), cuatro con Guatemala (Grijalva- Usumacinta, Suchiate, Coatán y Candelaria) y una con Belice y Guatemala (Río Hondo). Si se toman en cuenta estos flujos de salida y entrada de agua, México cuenta con 471.5 mil millones de m3 de agua dulce renovable anualmente.





La Ciudad de México y once municipios del Estado de México se abastecen a través del sistema Cutzamala. Este es uno de los sistemas de suministro de agua potable más grande del mundo: abastece aproximadamente 485 millones de m3 anuales, se complementa con el Sistema Lerma, la extracción de agua subterránea, ríos y manantiales. Dicho sistema se integra por siete presas derivadoras y de almacenamiento, seis estaciones de bombeo y una planta potabilizadora.

De las 60 montañas que rodean al Valle de México, 20 son volcanes que producen agua de deshielo. Esta megalópolis se nutre de 45 ríos, 3 mil pozos que extraen agua a 450 m de profundidad. Y he aquí la ironía: la mayor parte de esta agua se desaprovecha debido a que se conduce directamente al drenaje. Pero este no es el único problema alrededor del agua: el desabasto se acompaña de los colapsos de pozos y la contaminación del agua.

Estos problemas deben ser resueltos ya que el escenario futuro no es nada alentador. De acuerdo con las estimaciones realizadas por la Conapo, entre 2013 y 2030 la población del país aumentará en 19 millones de personas, aunque las tasas de crecimiento se reducirán. En esta proyección se calcula que en dicho periodo el crecimiento poblacional se localizará en las RHA de Balsas, Río Bravo, Lerma-Santiago Pacífico, y en las Aguas del Valle de México.

El siguiente cuadro (Conapo, 2014) muestra el estado del agua renovable y la proyección de las RHA a 2030. Los niveles serán cercanos o inferiores a los 1,000 m3 per cápita anuales. Estos niveles solo apuntan a un hecho: la escasez. Las regiones más afectadas serán la RHA de la Península de Baja California, Río Bravo y Aguas del Valle de México.



Los retos de la gobernanza para los problemas del agua

Ante la creciente urbanización, el desabasto de agua es una problemática realidad. Este fenómeno se debe tanto al crecimiento de las actividades industriales, como a los movimientos migratorios hacia las ciudades. Lo anterior reclama un volumen mayor de agua concentrado en pequeñas regiones del territorio mexicano. Las proyecciones realizadas por la Conapo revelan grandes retos para el abasto nacional. Con base en los datos aquí mostrados es evidente que el crecimiento demográfico y el abasto de agua no tienen una relación proporcional.

El manejo de los recursos hídricos ha comenzado a modificarse. La Conagua, a través de un programa de sustentabilidad hídrica pretende tratar aguas negras y reusarlas para riegos, servicios, urbanos, procesos industriales y demás. Ejemplo de esto es la planta de Atotonilco: tiene la capacidad de tratar 60% de las aguas negras. El mantenimiento de las cuencas pretende mejorar el funcionamiento y la vida de uso de las RHA. Estas soluciones posibles son las que se ha intentado mejorar el desabastecimiento y funcionalidad de las diferentes cuencas.

Por otro lado también queda revisar los diversos proyectos que han sido planteados para mejorar el abastecimiento. Tan solo para la Ciudad de México se han planteado dos grandes proyectos: en 1965, Nabor Carrillo con el Proyecto Texcoco proponía una solución al desabasto de la metrópolis central: realimentar el antiguo lago de Texcoco a fin de evitar inundaciones, y abastecer de agua potable a la ciudad. De este proyecto, en la década de 1980 se construyó menos del 20%. El Lago de Nabor Carrillo quedó como un experimento inconcluso. Incluso, pretendían ser cinco lagos que abastecieran a toda la ciudad.

El segundo proyecto es el del arquitecto Alberto Kalach. En el Taller Ciudad de México retomó las ideas de Carrillo para el siglo XXI: el proyecto Ciudad Futura fue planteado hace más de una década a través de un estudio geográfico e hidrológico de la cuenca. Los predios que se pensaban recuperar para reabastecer de agua a la metrópolis ahora son parte del proyecto del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Otro de los problemas que se suman al desabasto es el cambio climático. Las proyecciones del Panel Internacional del Cambio Climático indican un incremento en la temperatura entre 2 y 4 grados centígrados hacia el 2050, lo cual producirá un descenso en las precipitaciones entre 10 y 15%. Estos cambios climáticos implican emergencias naturales como: ciclones, tormentas tropicales y sequías; lo cual tendrá como consecuencia menor disponibilidad del agua e incremento en la demanda no solo se agua sino también de energía eléctrica.

Actualmente las pérdidas de este líquido vital son altas, y las deficiencias comerciales deben mejorarse. El problema del agua en México es también un problema de gobernanza. Esta situación es un problema técnico: los gobiernos no aceptan las posibles modificaciones al ecosistema (en el caso de la cuenca de México) y prefieren seguir bombeando agua para llevarla a lugares más lejanos.

De acuerdo con la Conagua, la participación social es uno de los ejes fundamentales de la política hídrica en México, sin embargo, esta práctica no se ha articulado. Por otra parte, los consejos técnicos y diversos organismos que vigilan el suministro de agua no poseen la representatividad ni la vinculación suficiente, es decir no se han convertido en instrumentos que rindan cuentas ni que ejerzan contrapeso ante las diversas problemáticas del agua.

La OCDE también apunta al mismo hecho: las problemáticas del agua en todo el mundo son un problema similar. A través del documento Principios de Gobernanza del Agua (2015) establece no solo las problemáticas globales, sino también posibles soluciones. Si bien este es un sector que requiere grandes inversiones de capital, es un sistema monopolista que enfrenta deficiencias de mercado, por lo que la coordinación del gobierno resulta esencial para el funcionamiento, distribución y administración de este recurso.

Desde 2010 la OCDE ha investigado sobre los obstáculos en la formulación e implementación de políticas del agua. Aunque las posibles soluciones deben ser específicas, según los casos particulares de cada país, la Organización propone que, que de manera general, las respuestas deben venir desde el gobierno: su capacidad de adaptarse desde las especificidades de territorio y construir políticas públicas a través de mecanismos de consulta, participación y coordinación que permitan una toma de decisiones coherentes; fortalecimiento de marcos regulatorios sobre el agua, y la adopción de indicadores de desempeño que monitoreen las políticas del agua, así como del diagnóstico y mapeo de riesgos existentes y potenciales, y de la creación de políticas anticorrupción. No debemos perder de vista los hechos: el 40% de la población mundial vive en cuencas hidrográficas que se encuentran en estados críticos. Si a esto se suma que la demanda del agua aumentará 55% para el 2050, y que faltará agua potable para abastecer a una población 240 millones de personas, las acciones deberían se un imperativo.


publicado en: http://propiedades.com/blog/arquitecura-y-urbanismo/abastecimiento-y-problemas-del-agua-en-mexico

Entradas recientes

Ver todo
  • Black Facebook Icon
  • Black Twitter Icon
  • Black Instagram Icon

© 2016 Mariana Mata. created with Wix.com

bottom of page