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Gentrificación en México: ¿existe? ¿dónde?

  • Foto del escritor: Mariana Mata
    Mariana Mata
  • 30 mar 2016
  • 8 Min. de lectura

Caminar por las calles de la colonia Centro, Condesa o Roma es un viaje en el tiempo, una conjunción de épocas que conviven por la inevitable necesidad de existir en el mismo lugar.

Las casas al estilo Art Decó de la colonia Condesa existen hoy junto a los negocios de comida orgánica, tiendas de diseño, tiendas para mascotas, bares, foros donde los visitantes escuchan música moderna y más bien antigua y taquerías emblemáticas que aparecen en películas de antaño.

Todo aquí se volvió amigable para el medio ambiente y para las mascotas. Es un lugar donde los parques están llenos de perros y los ciclistas gozan de apenas un poco más de respeto que en el resto de la ciudad. Pero no siempre fue así. Estas colonias – Condesa y Roma – surgieron por allá de la década de 1920 y vivieron su auge, pero tras el terremoto de 1985 muchos de sus habitantes decidieron mudarse.

Este fenómeno también ocurrió en las colonias Centro, Juárez y Cuauhtémoc. Los precios de los inmuebles bajaron y hubo migración de la población hacia otras zonas de la ciudad. Pero poco más de 20 años después del temblor, estas colonias viven una nueva época: es posible encontrar un negocio familiar fundado hace décadas y al lado, un restaurante con pocos años o meses de haber abierto, donde los meseros sirven comida de cualquier nacionalidad.

También es posible encontrar casas donde aún habitan familias grandes y condominios llenos de jóvenes ansiosos por un poco de vida nocturna. Las transformaciones se hacen evidentes a través de los pasillos de sus mercados. En el caso del corredor Condesa – Roma, por un lado, está el tradicional mercado sobre la transitada calle de Michoacán y por el otro, el moderno y chicMercado Roma. Este fenómeno de transformación y desplazamiento se denomina gentrificación.

Este término fue acuñado en el Reino Unido en la década de 1960 por Ruth Glass, y hacía referencia al aburguesamiento de ciertos barrios en los que los obreros fueron desplazados poco a poco por personas de clase media alta hacia la periferia del centro londinense.

En Nueva York la gentrificación se presentó de manera similar. Allí, los barrios fueron repoblados por las clases bohemias gracias a los bajos alquileres. Transformaban el espacio y la interacción social, dando como resultado un espacio reconvertido, alquileres más elevados, y nuevos espacios para una vida cultural más activa. El caso de la Ciudad de México tiene sus propias características.


Vestigios de mansiones porfirianas en la Roma Norte que fueron abandonadas. Esta mansión en la calle de Puebla hoy ya está en proceso de remodelación.

Del centro a la periferia

En las últimas décadas, el desplazamiento anual del centro a la periferia de la Zona Metropolitana del Valle de México ha sido de un promedio aproximado de 100,000 habitantes. Como resultado, la densidad poblacional en el centro de la Ciudad de México se redujo de 206 habitantes por hectárea a 137 hab/ha, peroaumentó en la zona sur de 57 hab/ha a 123 hab/ha.

Así, la megalópolis mexicana es un lugar que muta y se transforma de manera vertiginosa. Es imposible caminar por sus calles sin escuchar el repicar de una construcción, ver nuevos conglomerados de oficinas o futuros departamentos. Este cambio viene acompañado del desplazamiento de la historia, no sólo de los edificios sino también de los antiguos pobladores.

Las construcciones que un día fueron, ya no existen. El pasado se entierra bajo los cimientos de la transformación. Tan sólo en los últimos años, la emblemática avenida de Paseo de la Reforma se ha transformado de manera radical. Hoy el paisaje se distribuye de manera vertical, mientras que los habitantes andan a pie o en bicicleta entre rascacielos, oficinas, Starbucks y tiendas Oxxo en cada esquina. Algunos de los 8,485,399 (INEGI 2015) de habitantes citadinos han necesitado una reorganización, y por ello han transformado las zonas de acuerdo con sus necesidades.

Ejemplos perfectos de esta gentrificación, que sirve a las necesidades del siglo XXI, son las colonias Centro, Condesa, Roma, Cuauhtémoc y Juárez. Originalmente, estas colonias nacieron para dar respuesta a las necesidades del porfiriato. Aún hoy es posible ver casas con tejados de acero (por aquello de las nevadas invernales…) y construcciones que son un testimonio vivo del paso de la historia.

Escalinatas dobles, techos altos, fuentes, jardines y rejas aún se encuentran a lo largo de estas colonias. Entrar a un edificio en la colonia Roma o Condesa es un viaje a la década de 1920 o de 1950. Visitar las casas de la calle de Monterrey es entrar a un sueño irreal. El pasado conoce al presente y vomita alcohol y comida mexicana o de otros países del viejo continente o hasta del lejano oriente. Muchos de estos vestigios arquitectónicos se han convertido en bares, cafés, o tiendas, mientras que otras fueron abandonadas y se encuentran en un estado de rescate necesario.

En estas colonias es posible encontrar historias en cada uno de los edificios. Para muestra la Casa de las Brujas en la Roma Norte, o las vecindades a un costado de la Catedral Metropolitana. Estas construcciones contrastan con la renovación que han sufrido otro buen número de edificios, que también incluye demolición, reconstrucción y reapropiación.

Otra muestra de este fenómeno cultural – inmobiliario son la avenida Juárez o la calle de Madero en el Centro histórico. Es posible ver locales como la Cervecería de Barrio en lo que antes fue un espacio ocupado por negocios menores y sin éxito. Lugares que antes eran ocupados por farmacias o pequeños locales ahora son un Starbucks, una tienda Pull & Bear o Forever 21. Mientras que en la colonia Juárez y Cuauhtémoc (donde este fenómeno apenas se desarrolla) es posible ver pequeños cafés y tiendas de diseño que comparten el espacio con los habitantes que llegaron hace más de treinta años a estos lugares.

El centro de la Ciudad de México es la muestra de un fenómeno de desplazamiento que ocurre cuando la renovación llega a un lugar. Durante la década de 1990, esta zona era altamente disputada por un buen número de vendedores ambulantes que se desplegaban a lo largo y ancho de las calles del centro.

Convivían vendedores de tlayudas y demás garnachas que satisfacían a los paladares de los transeúntes, con los libros tirados en el suelo. Puestos que vendían ropa, discos y películas piratas, y demás artilugios innecesarios a lo largo y ancho de las calles de centro, impidiendo caminar a los peatones, pero incrementando el flujo de personas en esta zona.

La calle de Madero, en el Centro Histórico, antes de convertirse en un pasaje peatonal.

Centro Histórico: gentrificación por un magnate

El primer decenio del 2000 vio una solución a través de la ayuda del empresario Carlos Slim: desalojar a los más de 25,000 vendedores ambulantes y transformar el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Para esta transformación, la inversión ascendió a 400 millones de pesos del gasto público local, y una cuantiosa inversión de la Fundación Centro Histórico, según cita el diario Excélsior.

A través de este gasto se adquirieron 78 inmuebles (80,900 m2 de vivienda y hospedaje) y del 2000 al 2010 la población aumentó en 2,000 personas, de 31,000 a 33,000 habitantes en la zona. La cantidad de transeúntes, visitantes y demás caminantes del Centro Histórico ronda en un millón de personas al día, que en temporadas de alta afluencia puede duplicarse.

Estos cambios hicieron del centro un lugar “transitable”, a menos que sea domingo y se camine por Madero. En un día cualquiera, es posible ir a desayunar a la Pagoda y por la tarde visitar Regina para beber una cerveza en uno de los muchos lugares en los que los jóvenes conviven, y donde también es posible visitar el espacio cultural Casa Vecina.

Lo que antes era una pulquería de mala muerte llamada La Risa, hoy ostenta mesas y sillas al puro estilo “hípster” de los locales en la colonia Roma. Algunos lugares con dudosa fama, como Las Escaleras, ubicadas en una vecindad justo a un costado del zócalo, hoy ya no existen. Ahora el centro se repavimenta para beneficio de la comunidad.

Este fenómeno de compra – venta – transformación y rehabilitación de espacios se ha expandido a las zonas aledañas. Al desplazar a la población originaria de esas colonias, la explosión de comercios ha comenzado. Los pasajes peatonales cada vez son más. Las calles de Madero, Regina, San Jerónimo y Motolinia se llenan cada vez más de tiendas de ropa como Zara, cafés que son distintos a los que antes existían sobre las aceras del centro, y bares que llaman a sus puertas a un buen número de consumidores que viven en las regiones aledañas, pero que no son habitantes de este espacio.

Así es cómo se vive la gentrificación en la Ciudad de México. El desplazamiento de los habitantes originales de las colonias de la zona centro de la ciudad se debe a una repoblación que tiene una entrada de ingresos mayores a los anteriores.

Después del terremoto de 1985, una importante proporción de los habitantes de la Condesa decidieron abandonar la zona. Hoy es de nuevo una zona pujante.

Gentrificación en México: paso a paso

Entre las características de una zona gentrificada destacan: un entorno peatonal, comercios, alta densidad de población, espacios limpios, se localizan principalmente en zonas históricas, poseen parques en los alrededores, algunas zonas desarrollan galerías de arte. Este proceso se puede explicar en las siguientes fases:

  • Origen: Con el desarrollo de las ciudades, el entorno se configura en diversas colonias. Tras el crecimiento de la ciudad, el surgimiento de nuevas y mejores colonias era inevitable. El desplazamiento comienza a ocurrir, por ejemplo, en Chapultepec, Hipódromo Condesa, Condesa, Roma y son producto de este desarrollo de la ciudad. Aunque también de un terremoto que los obligó a transformarse. Sus precios bajaron, y se repoblaron. Un ejemplo que sale de la norma es el multifamiliar de Nonoalco- Tlatelolco, que fue creado para habitar a un amplio tipo de habitantes, desde la clase media hasta personas con más poder adquisitivo, pero tras la masacre de 1968 y el sismo de 1985 la zona ha decaído, esperando ser gentrificada en algún punto.

  • Abandono: En la Ciudad de México el sismo de 1985 fue un factor de gran importancia. Las colonias Centro, Condesa, Roma, Cuauhtémoc y Juárez sufrieron una descapitalización y abandono, en mayor medida por los estragos del sismo: fallas estructurales, derrumbes, y temor social de una nueva catástrofe. Esta fase es el principal motor del proceso de gentrificación: el valor potencial de las zonas, que no se verá hasta unos años después. En cuanto a inmuebles, entre más bajo el precio de las casas en una zona adecuada, mejor. En la Ciudad de México, muchas personas vendieron sus casas por temor a futuros derrumbes.

  • Revalorización: Actualmente Reforma alberga una de las zonas de oficinas más solicitadas en el mercado inmobiliario y junto con Santa Fe encabeza el mercado de la reconstrucción de las zonas. En el caso de esta gran avenida que nos recuerda los Campos Elíseos parisinos, los edificios que un día se posaron ahora han sido sustituidos por rascacielos, como el caso de la recién inaugurada Torre Bancomer, la Torre Mayor y la Torre Reforma, entre las más nuevas. En el caso de la Condesa, el ejemplo de revalorización se lo ha dado el buen número de negocios dirigidos a la clase media alta. La colonia Centro ha modificado el entorno urbano, haciéndolo accesible a la población con sus pasajes peatonales, y “embelleciendo” la zona con un buen número de grandes negocios. Además de mejorar el entorno y retomar viejas edificaciones, cada vez es menos común ver vendedores ambulantes entre sus calles.

Hablar de gentrificación en México es comenzar una discusión sin fin. Las posturas, como en toda discusión, se enfocan a si es bueno o es malo. Los argumentos: revalorización del espacio beneficia a toda la población, y dicha revalorización se hace a costa de un sector de la población. Si algo es cierto en esto es la pregunta ¿qué pasa con la antigua población? Ante la expansión de la ciudad, sólo puede ser posible mudarse a la periferia, o vivir con los nuevos costos y nuevas dinámicas sociales de estas colonias.


publicado en: http://propiedades.com/blog/arquitecura-y-urbanismo/gentrificacion-en-mexico

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