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Cómo funciona la música.

  • Foto del escritor: Mariana Mata
    Mariana Mata
  • 19 ene 2016
  • 4 Min. de lectura

El título de este libro puede plantear una pregunta o quizá una explicación. A través de 441 páginas en un libro de pasta dura y portada blanca David Byrne, ex vocalista de los Talking Heads, nos lanza a un salto cuántico en la historia de la música. Este libro aborda la perspectiva experimental del autor. Explica la importancia que ha tenido en su vida el juego con los sonidos y la búsqueda de nuevos motores, formas, sonidos e influencias de todo el mundo. Deja patente que el ritmo y el sonido son un lenguaje universal, y sin importar si es en Nueva York, China, Brasil, Puerto Rico o el resto del mundo el sonido es un enlace entre culturas.

Byrne, quien es mejor conocido por su trabajo Psycho Killer, ha experimentado con un sinfín de ritmos, y ha integrado a su espectáculo la teatralidad que la cultura japonesa pudo ofrecerle a través de las obras kabuki. Tal como el teórico del cine y cineasta Eisenstein, encontró en estos recursos un impacto trascendental para la audiencia. Para Byrne una de las cosas más importantes es la sorpresa, la creación musical sin importar los recursos y sobre todo la experimentación. En Como Funciona la Música nos subimos a una onda sonora que nos relata los orígenes musicales, los primeros instrumentos, las primeras salas de concierto. Ante las primeras creaciones musicales para un auditorio se nos revela que la función arquitectónica estaba ligada al sonido. La búsqueda de la acústica perfecta para ciertas piezas musicales plantea la obsesión ante la búsqueda del sonido ideal.

También aborda como el advenimiento tecnológico ha sido parte fundamental en la revolución sonora. Hacía 1800 la grabación de los sonidos transgredió a la sociedad de la misma forma en que la fotografía lo hiciera ante el mundo del arte. Así la discusión sobre el aura musical comenzaba. Cientos de veces he escuchado decir “pero suenan mejor en el disco”. Lo inmediato siempre poseerá una fuerza que jamás podrá ser admirada en una reproducción: las vibraciones en el cuerpo al ver a una Orquesta Sinfónica son algo incomparable, la reunión que siempre ha implicado un espectáculo en vivo es diferente e irrepetible, es un ritual social. Aun así es innegable la relevancia que la grabación de sonidos implicó: este descubrimiento, la posibilidad de un registro sonoro transformó por completo la manera de concebir, crear y escuchar música.

Los registros sonoros pasaron de placas de acetatos, a cassetes, discos, mp3 y el reinado del ipod y la compresión sonora. Hoy las posibilidades de almacenaje musical son infinitas ahora, hemos pasado de las salas de concierto en silencio, a los estadios llenos de ruido, a las bodegas donde la música dance cohesiona a un grupo de personas, y de esta congregación social podemos dar un salto a escuchar nuestros audífonos y así aislarnos del mundo exterior.

Este recorrido por la historia músical de la humanidad se alterna con el proceso de creación que ha experimentado este singular compositor. De un estudiante de arte, a un músico experimental en la década de 1970 en el mítico CBGB de Nueva York. Este relato nos llevará de una actitud punk, que poco tendrá que ver con algún patrón musical identificable, como muchos han intentado encasillar a este momento de creación musical. La intención, como cualquier punk de la época, era experimentar con sonidos, autoproducirse. Como siempre, en esta historia muy contada del punk de 1970, los Talking Heads se convirtieron en una banda bastante conocida, y con esta inesperada situación las posibilidades de creación y autoproducción alcanzaron nuevos niveles. La estética quedó en segundo término, lo importante era el descubrimiento de nuevos mundos sonoros.

Así David Byrne se encargó de recorrer diferentes lugares por el mundo, rescató experiencias sónicas con las que desarrollo un buen número de proyectos. De sus viajes por oriente extrajo la teatralidad y la incluyó en sus espectáculos musicales. De su amor por la música latina realizó un par de experimentos y grabó un par de discos. Y aunque pareciera que al ser una figura conocida en la industria musical, la vida está asegurada: Byrne explica cómo sobrevivir a la industria, como se crea una escena (tal como él lo vivió) y como autofinanciarse.

Para comprender Como Funciona la Música se debe tener una idea elemental en la cabeza: La música es parte elemental de los humanos, y los humanos se han encargado de crearla, registrarla, modificarla, experimentar con ella. Durante la historia de la humanidad se ha modificado de manera drástica pero es permanente, permanente como el habla. Hay música y ritmo por doquier, en una construcción, en una oficina, en el habla misma. La música no es para unos elegidos, es para todos. La diversificación de esta actividad ha transformado a los humanos y ciertamente los convierte en personas más interactivas. Genera el pensamiento, modifica la realidad, sonoriza la cotidianidad.

David Byrne apunta en este viaje por el sonido que “La música puede cambiar para siempre la vida de la gente de formas que van mucho más allá de conmoverse, emocional o intelectualmente, por una composición concreta. Esto también ocurre; luego se desvanece y a menudo se transforma en otra cosa que persiste. La música es sin duda una fuerza mortal, pero sobre todo forma parte de la urdiumbre y de la trama de toda una comunidad.“

Como funciona la música es un libro para cualquier persona interesada en saber de dónde vienen esos sonidos mágicos que nos motivan día a día, que nos congregan en comunidad, que nos identifican con el resto del mundo y que nos hacen vibrar. Si partimos del hecho inequívoco de que nuestro cerebro se alegra o se perturba a escuchar cierto tipo de sonidos podríamos pensar que la música ejerce un poder sobre la humanidad. El mundo es controlado por algunos sonidos: alarmas, pitidos del metro, sonidos de precaución, todos como parte de un experimento con la humanidad. La música, entonces, debe ser una experimentación constante por conseguir estados anímicos diferentes, por transmitir emociones y conseguir descargar y transmitir también a través de ella. La música posee un efecto en nuestro bienestar mental, se puede usar para regular las emociones, para estimularlas, para integrarnos: es sin duda un tema antropológico, porque sin música el tejido social mismo se rasgaría y los vínculos entre nosotros se desmoronarían.


publicado en: http://www.yaconic.com/como-funciona-la-musica-para-david-byrne/

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