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RANT: El movimiento se confunde con el tiempo

  • Foto del escritor: Mariana Mata
    Mariana Mata
  • 15 ago 2015
  • 4 Min. de lectura

La primer regla del club de la pelea es… esperen… este no es ese libro. Comencemos de nuevo, aquí no habrá un club de la pelea. Esto es una fiesta de choque con automóviles, una epidemia de rabia, un montón de mordeduras de animales y un viaje en el tiempo para alcanzar a la eternidad. Para ingresar a la fiesta de choque no existen reglas, sólo hay que marcar un automóvil con una bandera y disfrazarse de acuerdo a la noche, ya sea la Noche de luna de miel, noche de navidad, la noche de automóviles para estudiantes. Rant es obra del norteamericano Chuck Palahniuk.

Publicada en 2007 Palahniuk explota su muy exitosa fórmula: sujeto con una vida medianamente marginal, encuentra posibilidades en una forma alterna de existencia, esta nueva vida existe fuera de las convenciones sociales. A suerte de ofender a los fanáticos del Club de la Pelea y Palahniuk, diré que es un buen narrador de la cultura estadounidense contemporánea, pero para encontrar a otros mejores es recomendable leer a David Foster Wallace o a Donald Ray Pollock, quienes llevan la marginalidad del humano contemporáneo a niveles de locura inimaginables.

Como sea, Rant es una obra que aún posee la habilidad de sorprender. La estructura en la que está escrita, como una historia oral, despliega una gran variedad de testigos y contradicciones entre los mismos, jamás un testimonio del protagonista. La repetición es la madre de todas las habilidades, sabemos que si se repite muchas veces una historia se convertirá en realidad para unos cuantos. Rant es nuestro protagonista, el peor paciente Zero de la historia, lo que Mary Mallon había sido para la tifoidea, Gaetan Dugas para el SIDA, Liu Jian Lun para el SARS, Rant Casey lo es para la rabia en humanos.

Este joven de olfato superdesarrollado y con gusto por las picaduras de animales venenosos, se convirtió en el peor monstruo de Norteamérica. La narración no parece extraordinaria hasta que se comienzan a atar cabos: la forma en la que murió su abuela, las monedas que transformaron la economía del poblado, las múltiples mordeduras y su peculiar familia. Casey escapa de su pueblo natal hacia una ciudad cercana donde encuentra no sólo un clan de chocadores de autos, sino también la forma de viajar en el tiempo. Las máquinas del tiempo son: Plymouth Road Runner de 1974, Cadillac Eldorado, Dodge Monaco, Continental Mark IV, Maserati Quattrioporte Excecutive GT, Jaguar XJR, Dodge Viper, Maserati GranSport. Y la realidad de este juego de choque, que posteriormente se volvería famoso, es alcanzar la inmortalidad; para ello se debe ir al pasado y asesinar a tus padres.

Un par de paradojas del tiempo nos dicen que el futuro que tienes hoy, no será el mismo mañana. Durante la historia se nos recuerda que somos una sociedad construida con base en mentiras, el ratón de los dientes, el día de brujas. Rant se convierte en un mito de la historia, y también es quizá una mentira. Es una historia sin verdades absolutas, se crean varias realidades en las que podemos o no confiar, y esto es parte de la magia del relato. Asistimos a una serie de realidades construidas, a la posibilidad de comenzar un nuevo futuro, y también construir nuevos pasados.

La fiesta de choque es para aquellos que no tienen que perder. Junto a estos equipos sintonizaremos la estación de radio, imaginaremos los juegos nocturnos, las persecuciones y el viaje espacio-temporal. Romperemos el gran consenso de la sociedad contemporánea: el sistema de tránsito, aquí un cúmulo de extraños interactúan compartiendo el mismo camino, casi todos viajan sin ningún problema. Se necesita tan sólo un conductor en desacuerdo para crear anarquía, y comprimir el tiempo hasta que explota en un slowmotion que puede durar por siempre. Pasaremos tiempo en un automóvil con gente, música y comida chatarra. Siempre buscando un poco de peligro, en una misión secreta para conocer extraños, gente real. Es un roadtrip hacia ningún lugar.

Si en El club de la pelea, los golpes eran la forma de controlar el insomnio y los múltiples desórdenes mentales del protagonista, en Rant se controla el caos a través de sobrevivir al desorden creado. Palahniuk construye una secta en la que el momento de comunión colectivo es el propio accidente, al sobrevivir se detiene el tiempo, se traspasa la barrera lineal de la duración temporal y nos encontramos en un momento fuera de la medición dictada por los relojes: somos parte de la eternidad.

Un par de hechos que son rescatables de la muy formulada pero entretenida obra de Palahniuk es la afirmación del tiempo, sin importar que pase: siempre es ahora. Y esta afirmación no es ningún levantamiento del You Only Live Once (YOLO) sino un acercamiento a la comprensión temporal. En esta obra de bifurcación espacio temporal nada nos explica el misterioso mecanismo del mito, o de la credibilidad de los hechos. Básicamente somos una construcción social hecha con mentiras: los pacientes zero, los políticos, las invenciones de la infancia, todo eso existe para crear una noción de realidad funcional y lineal. Así que debemos aceptar que vivimos en el presente, en un momento de realidad donde no importa lo que hubo antes donde sólo existe el ahora.


publicado en: http://www.yaconic.com/rant-la-fiesta-de-choques-de-chuck-palahniuk/

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