Merodeadores
- Mariana Mata
- 8 ene 2015
- 2 Min. de lectura

Caminar divagar, caminar divagar asimilar.
Hablemos de cosas serias, de cosas no tan serias, de absurdos que a todos nos han dado vueltas por la cabeza en un momento.
Desaparecer, dejar la existencia, escuchar el estertor del otro lado del teléfono y desvanecernos.
Concibo dos tipos de personas que mantienen estas líneas de pensamiento. Los que imaginan como será el mundo tras su partida, ¿quién los extrañará, quién llorará en el día que estén tumbados en una caja, qué usarán el día que estén dentro de un ataúd?
Y los otros, los que somos del segundo tipo, nosotros no vemos el sentido en la existencia donde no hay humanos. Siempre hemos sido un poco alienígenas en la tierra
A mí, sinceramente no me importa quién me extrañará, se de antemano que nuestra condición de hombres nos permite avanzar, olvidar, dejar las añoranzas para los débiles y melodramáticos.
Sé también que la existencia esta delimitada por 2 cosas: vida y muerte.
Sí, soy de esas personas egoístas, dramáticas y ególatras (como el resto de los llamados hombres) que dicen: yo no pedí nacer, yo no pedí venir.
Pues al menos puedo decidir cuando marcharme.
No quiero estar postrada en una cama, observando como mi vida se va mientras las personas que me rodean como parásitos y carroñeros esperando y pensando en el día que me vaya.
Sí, quizá en el último momento el arrepentimiento y el perdón me llegué y dude.
En ese segundo habrá ansiedad y querré detener el plan.
Para estos momentos ya es muy tarde. Estas líneas sin sentido no dicen nada a nadie, no hablan de mí, ni de ti ni de aquellos que están sumidos en una depresión que se dedican a curar con dosis fuertes de drogas, alcohol, clonazepam, diazepam, lorazepam y todos los derivados que una farmacia les puede dar.
Estas palabras han surgido de un vacío. Donde no hay nada más que un largo pasillo a oscuras done las puertas se van cerrando hasta llevarnos al vortex de la indiferencia que es lo que nos esta matando de manera consciente
No sé cuándo, ni cómo, ni en dónde ni con qué. Básicamente ignoro todo, como tu también.
publicado en: http://errr-magazine.com/merodeadores/